Seleccionar página

Por Antonio Jesús Reyes | Fotos Juan Antonio Gámez

The-New-Raemon-musica-concierto-revista-achtung

The New Raemon durante su concierto en la sala Malandar

Lanzarse a un concierto a ciegas, sin saber quién toca es una posibilidad que puede dar grandes sorpresas. Esta vez íbamos a medias; en pocos lugares anunciaban que el último día de enero, The New Raemon (es decir, Ramón Rodríguez) irían acompañados de Armagadón, es decir, los hispalenses Maga, o al menos eso decía alguien al lado de la barra, poco antes de que comenzara la acutación. Así que la cosa se complicaba; la noche ya empezaba con algo de incertidumbre, ya que la Sala Malandar ha mutado a Luxuria, cambiando temáticamente y, lógicamente, de público. Se rumoreaba que con el cambio, dejarían de haber conciertos. Suerte para la capital que no va a ser así. Un cientos de flyers bien caros, decía un entendido, nos anunciaban más música en directo, entre ellos, nombres familiares como “Schartz” y “Ludozurdo”.

¡Y salió Ramón con Maga! Eso garantizaba, y así fue, que no iba a sonar como ya habíamos visto que habíamos visto en Nocturama, en septiembre del año pasado. Sin la banda de aquel momento, el sonido se hizo más refinado, más afilado, sin que la diferencia fuera abismal. Todo un acierto, sin duda, que comenzó con “Quiero evitar la baldosa que baila, y va y me pisa el pie el invierno, tú me dirás que son cosas que pasan, así como pasa esta otra ambulancia” que no es ni más ni menos que Te Debo Un Baile, y es un comienzo con más fuerza que la original.

Las letras de Ramón, biográficas o no, suenan a sentidas y vividas. El rencor y la insatisfacción conironía y sarcasmo están suavizadas por un manto pop que hizo que la sala se llenara casi por completo, amén de unas letras brillantes de la oscuridad de las relaciones humanas (hombre versus mujer), más como queja que lamento.¿Cómo serán los cuentos y comics en los que ha colaborado Ramón, y que no estaban a la venta aquel día en aquel lugar?…. CDs tampoco.

Con el cuarto tema la banda se hace fuerte del todo, El Saben Aquel Que Diu. Mientras la vida fuera de Luxuria se colaba entre la ranura de la puerta; Ramón habló, con su gracia cataloandaluza de cierto asunto sórdidísimo de sobres bien llenos de euros y partidos políticos, y lo hizo más de una vez. Delante de nosotros, una parodia de un sevillanito se toma a mal que se ironice y denuncie la injusticia que nos tiene con el barro hasta los tobillos (y boca abajo). El sevillanito, con toda seguridad, más devoto de la Virgen de la Macarena, que de sus prójimos, con su camisa cara y su jersey a le espalda, anudado elegantemente al frente grita: “¡Cambia ya el disco!”, y sonó como un ladrido o un rebuzno. Era el tema del día, y de la noche, así que Ramón responde medio en broma y medio en serio “¡No quiero!”. La armonía siguió intacta, en el escenario y fuera de él.

No echamos de menos Lo Bello y Lo Bestia ni “El Fin De La Resistance”, que fue quizá la que más gustó. Ramón ironiza sus etapas. Ahora ve más hombres que mujeres entre el público, habiendo dejado atrás su etapa “sentimental”, una vez inmerso en su etapa “odio”. Buen resumen.  No faltó “La Cafetera”, ni las imitaciones al cantante de Manos de Topo, ni al mismísimo maestro Yoda. La noche acabó con una de Maga,Astrolabios, cuya magia flotó en Luxuria.

schwarz-musica-concierto-revista-achtungLa noche siguiente en el mismo local, fue más oscura. Se presentaba en primer lugar Miraflores, una nueva banda hispalense que se definen como “hijos de la Sevilla proletaria, calurosa y nocturna, quehacen del culto a las ‘malas vibras’ su particular terapia expresiva. Sucios, atropellados y obsesivos”. Grandes palabras para definir a unos brillantes seguidores de Beasts of Bourbon, The Gun Club, que se están haciendo de buenas críticas rápidamente. La bestialidad sonora fue clara y contundente. Miraflores suenan como su nombre, un manicomio abandonado de Sevilla (y no a la avenida del mismo nombre). El descontrol bien controlado, “Del exceso a la catarsis” y bajos fondos sonoros, y vuelta a empezar. Entre sus miembros gente bien experimentada que han pasado por bandas como Sr. Chinarro, Sick Buzos y Salieri. Poco se sabe aún de Miraflores, y queremos saber más. Están acabando de grabar un primer álbum, y hay gente que ha ido sólo por ellos. Eso es mucho, teniendo en cuenta que luego venían los Schwarz con Alquimística debajo del brazo. Krautrock del bueno, del estruendoso, humo de hielo seco abarrotando el local, y ya estábamos en algún lugar sin nombrar de un planeta de ciencia ficción. Alquimística es el gran fruto de quince años en el estudio y en la carretera. Es hipnótico, frenético, eléctrico, electrónico. Tanto Schwarz como Miraflores dieron sendas actuaciones con un púbico más numeroso del esperado. Uno no puede evitar pensar que en un gran y oscuro sótano de un localucho de Berlín estas dos bandas podrían ser consideradas de otra manera.

Dos noches bien distintas en un local reconvertido. Esperemos que todo siga así. Nunca se sabe de dónde puede salir el próximo problema para la música en directo (que no sea de Semana Santa, claro).

música cine libros series discos entrevistas | Achtung! Revista | reportajes cultura viajes tendencias arte opinión



Share on Tumblr

Comparte este contenido