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#Internacionaen Achtung! | Por José Puglisi

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Una persona fuerte no es aquélla que tira al suelo a su adversario. Una persona fuerte es la persona que sabe contenerse cuando está encolerizada”. La enseñanza pronunciada por el propio Mahoma ha sido olvidada por una parte de sus seguidores religiosos. Los principios de contener la ira se han quedado en el papel y la violencia ha traspasado las fronteras para vengar la película La inocencia de los musulmanes.

Como si la muerte del embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens, no hubiese sido suficiente, una rama de Al-Qaeda en el norte de África ha invitado a que persistan los ataques contra diplomáticos estadounidenses. Demasiada sangre  ha sido ya derramada por una crítica religiosa que también han recibido (y en peor magnitud) los católicos, los judíos o los budistas. Por reprochable que resulte la producción audiovisual realizada en Estados Unidos y otras acusaciones de Occidente a las pseudo-democracias árabes, no existen excusas para asesinar a 12 personas por medio de un coche bomba que arremetió en Kabul (capital afgana) contra una furgoneta con trabajadores sudafricanos de aviación.

El descontrol de los extremistas islámicos yihadistas está alcanzando países como Argelia, Túnez, Mali, Marruecos y Mauritania. Así, los llamados a “arrancar y quemar banderas estadounidenses en embajadas y matar o expulsar a diplomáticos estadounidenses para purgar de nuestras tierras de su suciedad en venganza por el honor del Profeta”, están manchando su lucha de sangre inocente, una acción contraria a las enseñanzas de paz y control promovidas por el propio Mahoma.

La organización premeditada de actos violentos como en Bengasi desmiente las excusas de supuestas “reacciones impulsivas” por parte de la población al sentirse ofendidos por el vídeo. Contrarios a lamentar son los hechos ocurridos y que haya extremistas que aplaudan la muerte de Christopher Stevens. Las amenazas siguen su curso ascendente y el portavoz del grupo salafista yihadista Ansar al Sharia, Yusef Jehani, amenaza con peores medidas: “Si un solo soldado de Estados Unidos llega, no con el propósito de defender la Embajada, sino para repetir lo que ocurrió en Irak o Afganistán, que estén seguros de que todos los batallones de Libia y todos los libios dejarán a un lado sus diferencias y se unirán con el único objetivo de atacar a los americanos”.

La situación obliga a que los norteamericanos estén entre la espada y la pared. Por una parte, el gobierno estadounidense deben defender la libertad de expresión que tan emblemática ha sido en la nación durante las últimas décadas y que representa un compromiso con sus ciudadanos; por el otro, se cuestiona la necesidad de iniciar un nuevo conflicto armado para hacer respetar sus instalaciones diplomáticas, pero sin olvidar el peso que esto tendría en las próximas elecciones presidenciales.

Estados Unidos vuelve a estar a prueba en el ámbito internacional por el sombrío fantasma de Mahoma; una imagen que es usada por los extremistas islámicos para alcanzar objetivos políticos y militares, pero que no coincide con los mensajes de paz y tolerancia impulsados por el verdadero ‘Profeta’.

@Josepuglisi

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