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Por Paula Cantó

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Un concierto como el que tuvo lugar en el Madison Square Garden el 12 de diciembre no se ve todos los días. Desde míticas ancianidades del rock hasta raperos estrellas de la MTV se dieron cita para una actuación en beneficio de las víctimas del huracán Sandy.

La velada, que pudo seguirse en directo a través de internet a partir de la 1:30 de la madrugada, hora española, vio la luz con una primera actuación de Springsteen, el portavoz del pueblo por excelencia que rindió homenaje a su querida Nueva Jersey con la dulce My City of Ruins. Después de levantar al público con el himno de Wrecking Ball, el Boss no dudó en llamar a su colega Bon Jovi cuando llegó el momento de la vitoreada Born To Run.

Tras un Roger Waters enfundado en negro para interpretar algunas piezas míticas de The Wall y The Dark Side Of The Moon, incluida la imperecedera Another Brick In The Wall o Comfortably Numb y acompañado por Eddie Vedder, apareció Eric Clapton en el escenario en lo que parecía una sucesión de algunos de los más grandes músicos del mundo. Todo ello entre alguna que otra intervención de Billy Crystal o Adam Sandler como nexo entre actuación y actuación.

Uno de los momentos quizá más esperados de la noche fue la presencia de Sus satánicas majestades. Mick Jagger, que casi se mata al salir al escenario por un tropezón tonto mientras saludaba, lució durante unos escasos 10 minutos sus característicos contoneos, acompañado como siempre por Ronnie Wood, Keith Richards y Charlie Watts. The Rolling Stones empezaron con You Got Me Rocking y siguieron con la enérgica sesentera Jumping Jack Flash, dejando el ambiente caldeado cuando salieron del escenario después de dos sabrosas pero insuficientes canciones.

Fue con la actuación de The Who cuando los 60 llegaron a su auge. El clásico molinillo de Pete Townshend y un descamisado Roger Daltrey dieron paso a temas inagotables como Baba O’Riley, al que respondió un público coreando al unísono «Teenage wasteland», o Pinball Wizard. La gran sorpresa fue la casi siempre ausente Bell Boy, en su momento interpretada por el difunto Keith Moon. En un homenaje a su desaparecido compañero -que no se molestaron en hacer los Rolling con Brian Jones- Roger Daltrey apuntaba el micrófono a una pantalla en la que se proyectaban imágenes del batería cantando este mismo tema en una antigua actuación de The Who.

Más sorpresas dejó la noche con una llamada «reunión» de Nirvana, en la que actuaron juntos ni más ni menos que Dave Grohl, Krist Novoselic y Paul McCartney a la voz y con una guitarra muy Bo Diddley. Fue más tarde cuando el ex-beatle interpretó algunos de los temas de su época dorada, como Blackbird, balada que dedicó especialmente a los afectados por el huracán Sandy o la desgarrada Helter Skelter.

Billy Joel, Michael Stipe, Chris Martin, Kanye West o Alicia Keys fueron otros de los intérpretes que completaron el cartel. Ésta última fue la encargada de cerrar la ceremonia con su Empire State of Mind mientras Paul McCartney seguía la fiesta subido al escenario con parte de los empleados del recinto. Solo con las entradas al concierto se consiguió recaudar más de 30 millones de dólares

@pppua

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