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Cine en Achtung! | Por Débora García

El inicio de Melancholia  no puede ser más desconcertante. Una secuencia de imágenes de gran plasticidad y aire onírico que recuerdan a una película de Terrence Malick o a un videoclip de Björk. Pero en pocos minutos el film vuelve por los fueros en los que mejor se maneja su director, el de un cine que emplea la cámara en mano y los planos cortos para revelar las miserias del ser humano, independientemente de la clase que sea o de la situación en la que se halle. Un Lars von Trier bastante contenido nos muestra la reacción de dos hermanas de caracteres contrapuestos, una depresiva-soñadora y otra práctica-conformista, ante un posible cataclismo planetario (estaba cantado que después del “Anticristo”, Trier nos traería el apocalipsis). De las tres horas de metraje, lo más destacable son las interpretaciones femeninas, con una más que correcta Kirsten Dunst y una Charlotte Gainsbourg que va camino de ser canonizada por repetir con el danés. Sin llegar al nivel de Dancing in the Dark o Dogville, la última de Trier entretiene y no empacha, pero acusa la falta de un “je ne sais quoi” que no acaba de convencer a los escépticos, como la que aquí suscribe.

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