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Por Mr. Kropka

Etiuda&Anima celebrado en Cracovia, además de ser el festival más viejo de animación y cine independiente de Polonia, es un festival imprescindible dentro de la geografía Europea y esencial para la Polonia moderna. A diferencia de otros festivales, Etiuda&Aanima tuvo la suerte de haber nacido con garra y ganas de hacer las cosas distintas, pero su gran mérito es que ha sabido mantener esa filosofía a través del tiempo. A pesar de que ha crecido y se ha afianzado como una cita obligada para el mundo de la animación internacional y de cortometrajes independientes, mantiene su carácter joven, transgresor y experimental. En pocas palabras es un festival con espíritu; algo de lo que hoy en día muchos festivales del género carecen.

Este año el festival Etiuda&Anima contó con una programación de actividades y proyecciones completa e interesantísima. La gala de bienvenida fue inolvidable ya que fue la primera vez que la ASIFA (International Animated Film Association) escogió un festival polaco para dar su prestigioso reconocimiento a William Kentridge, animador valiente y comprometido con la problemática sudafricana y preocupado por el devenir del mundo moderno. Un merecido premio a una carrera invaluable. El premio le fue otorgado de las manos de otra leyenda viva de la animación, Jerzy Kucia que el año pasado presentó su último trabajo “Fuga for Cello, Trumpet and Landscape”.  Otro momento rescatable de la noche fue una reflexión de William Kentridge en la que dijo. “La animación tiene que ayudar a ponernos en nuestro sitio frente al mundo para encontrar soluciones ante a los grandes retos que tenemos como seres humanos en un planeta que devastamos sin hacer prácticamente nada”

Las proyecciones de las animaciones a concurso estuvieron muy bien equilibradas programando títulos esperados con animación experimental, es aquí donde encontramos una de las principales virtudes del festival; el balance entre los pesos pesados de la animación y la energética, ecléctica y siempre propositiva visión de los nuevos animadores. Fue un placer disfrutar de más de diez horas de animación diaria.

En paralelo se proyectaron piezas de la animación brasileña desde sus orígenes hasta nuestros días con el documental “Between frames”, de Eduardo Calvet, como hilo conductor. También Colombia estuvo presente gracias a Cecilia Traslaviña con su Perpetuum Mobile – Capítulo II y III, donde nos muestra con sensibilidad y astucia lo complejo del proceso de creación y las nuevas tecnologías de las que se echan mano. Un análisis muy rico e interesante. También gracias a Cecilia nos acercarnos al panorama de la animación colombiana con trabajos de estudiantes. Historias que abordan desde la nostalgia, Maquinas de añoranza; la  valentía por denunciar los desaparecidos en Muerte privada, hasta la exuberancia de piezas como Raciomas o la frenética Enhebrado; en resumen la muestra fue el reflejo de un país maravilloso y complicado como lo es Colombia.

Los cien años de animación sueca fueron la oportunidad perfecta para conocer la realidad percibida a través de los animadores suecos. Desde piezas históricas como Trolldrycken, hasta lo más moderno y extravagante de la cultura sueca, Las palmas. Pero siempre con una calidad y responsabilidad social, Gömd/Hidden, pocas veces vista en una cinematografía de animación. La que se llevó un aplauso extra fue Simmhall/Bath House, crudo y elegante relato de nuestras relaciones personales en clave de stopmotion.

La sección Visegrad regaló proyecciones de pequeñas joyas de la animación contemporánea del  Este de Europa, por ejemplo Niebieski pokoj; desgarrador relato del duelo de un hombre tras la muerte de su familia, con una técnica impecable y un sorprendente trabajo de perspectiva e imaginería, ha sido uno de los trabajos que más me conmovieron en el festival. Ednemit’s greed, un alegato erótico y cómico muy al estilo de lo que se hace en la Polonia actual pero con una técnica fresca y diferente. The adventures of candide, sardónica y retorcida animación hecha el año pasado en Hungría, de la cual se busca hacer una serie con el héroe Cándido de Voltaire.  Limbo, loquísima apuesta de Francia y Hungría que por otro lado es una lúcida pieza sobre las dimensiones del mundo moderno con sus niveles de banalidad que rayan en lo grotesco. Por último Entagled, un emotivo stop motion que cuenta la historia de dos amantes y su lucha por permanecer juntos en un mundo extraño que si lo tocas te asfixia.

Impagables fueron los autorretratos de Signe Bauman y Kaspar Jancis; ambos animadores de renombre internacional que nos dieron divertidas lecciones de los problemas de financiamiento, así como el momento en que se plantea una historia para llevarla a la pantalla, además de otros factores para salir indemne del mundo de la animación. Con el humor ácido y lacónico por parte de Jancis, y por otro lado el humor lleno de energía e inteligencia de Signe, bastaron para acercarnos a sus propias experiencias convertidas en animaciones, esbozándonos la búsqueda de inspiración, el arduo amor, locura y trabajo que se requiere para hacer una animación de calidad.

Valiosa discusión con Cecilia Traslaviña y Signe Bauman acerca de la infantilización de la sociedad a través de la maquinaria hollywoodense con sus series interminables de superhéroes, y  que sólo tiene cupo para la animación comercial y que genere dividendos en contra  de la animación honesta de personas con problemas y su modo de enfrentarlos sin pretender ser educativos. Coincidimos en que la animación no tiene sólo que entretener sino exponernos a emociones y sentimientos turbios que poco tienen que ver con una explicación satisfactoria como pretenden hacernos creer las animaciones de Pixar y otros grandes estudios que empiezan a caer en el tedio de fórmulas repetidas. Por esto Etiuda&Anima es un festival necesario porque crea el acceso a estos encuentros y nos recuerda que las cosas siempre pueden ser diferentes. Es lo que un festival con espíritu debe lograr con sus espectadores.

Aunque la competición fue bastante difícil, habría que subrayar el gran trabajo del jurado ya que la mayoría del público asistente al festival quedó satisfecho con todos los premiados. Erlkönig de George Schwizgebel, animador con una larga carrera llena de pequeñas obras arte fue el ganador del gran premio. Si bien Erlkönig es un trabajo hipnótico y correcto le faltó un algo que no puedo convertir en palabras. Si bien la animación es atrayente y la historia difícil, algunas partes del mismo y el final me supieron a poco. Por lo demás: Niebieski Pokoj, Bokus Mang, Life with Herman H. Rott, Fish is what I desire, creo que obtuvieron sus menciones honorificas y sus premios justamente merecidos. La gran faltante que debió estar peleando por el gran premio fue The master del estonio Riho Unt, historia inquietante y devastadora entre un pequeño perro y un chimpancé solos en una casa sin su amo que pueda ver por ellos. Sin duda un relato de gran profundidad e impecablemente realizado que pasó totalmente desapercibido para el jurado.

Así Etiuda&Anima refrendó su posición como una de las  citas imperdibles en el panorama de la animación internacional. ¡Larga vida a Etiuda&Anima!

 

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